EL CHUZALUNKU


En tiempos antiguos cuentan que había un muchacho pequeño y valiente que andaba por los cerros, tenia un miembro muy largo que para poder caminar daba la vuelta en su cuello como si fuese una bufanda, se ponía un poncho del color de un venado (gris). Los mayores decían que le encantaba los ponchos que tenían listones de color arco iris, que se ponían los muchachos cuando salían al cerro con los borregos, siempre les inquietaba a los niños a jugar cuando salían a los pajonales a pastear los borregos, le gustaba también estar con chicas, sobre todo doncellas cuando ellas se encontraban solas.

A los niños les invitaba a jugar con su bolita de oro, que era mas o menos del tamaño del puño de un niño, dicen que solo el podía dominar fácilmente la bolita, porque era muy pesada.

Cierta vez un niño bien pobre se puso a jugar desde muy temprano con el chuzalunku, al inicio no podía ni alzar la bolita porque era muy pesada, de tanto jugar le pasaron las fuerzas de chuzalunku al niño hasta que ya por la tarde pudo dominar fácilmente mientras que el chuzalunku iba perdiendo sus energías, así el muchacho aprovecho para acercarse mas a su comunidad y quitarle la bolita. El chuzalunku ya lloraba, le rogaba que no le quite su bolita porque era la única que tenia para jugar con los niños que a veces estaban tristes en el cerro.

Mientras tuvo en su poder la bolita el niño se dijo:
-¡Ahora si, no le voy a prestar para mis hermanos!

En ese momento, comenzó a perder sus fuerzas mientras que el chuzalunku fue recobrando la suya hasta que al final pudo recuperar su bolita. 
El niño se quedo pensativo preguntándose:
-¿Qué habría pasado si hubiera pensado en prestar para mis hermanos?
A las chicas, en cambio el chuzalunku las violaba, las seducía sexualmente. Cierta vez cuentas que salieron dos hermosas chicas desobedientes para pastear juntas sus borregos en el cerro donde había una choza, los vecinos que han visto desde lejos cuentan que durante el día pasaron jugando muy felices con un muchachito, llegada la noche, en cambio, fue diferente, ellas fueron violadas y como todavía eran muchachas las había violado, porque no resistieron el tremendo órgano del chuzalunku. 

Los papás se habían preocupado porque no regresaban pronto del cerro, pero pensaron que posiblemente se quedaron a dormir en la choza que había. Al día siguiente, el papa de una de las chicas salió con un machete bien afilado por si a caso estén las chicas inquietadas con el chuzalunku, al llegar a la choza se encontró con una triste situación; las dos chicas estuvieron sin vida junto al fogón, asustado y enfurecido dijo: 

-¡Debió ser el chuzalunku! ¿Quién mas?
Empuño mas fuerte el machete y salió a buscarlo, justo a la vuelta de la esquina estuvo el chuzalunku calentando su miembro largo sobre un tronco seco en ese instante llego el hombre con rabia que no resistía, le acento un machetazo para cortarle el miembro, pero el chuzalunku solo dijo: 
-¡Ashtaray tabanito!
 Se levanto, enrollo su miembro en la cintura y se pusieron a pelear, al principio le resulto muy fácil ganarle al hombre, pero de tanto pelear las fuerzas y las energías del chuzalunku fueron pasando poco a poco al hombre, mientras que el se debilito hasta desmayarse, el hombre se regreso a la comunidad para pedir ayuda y así recuperar la tranquilidad y la seguridad para las mujeres en los cerros.
 
  

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